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Una lista de espera, la política migratoria de EU

Ciudad Juárez.- En medio de acuerdos binacionales entre México y Estados Unidos, durante los últimos seis años Ciudad Juárez ha figurado como la antesala de miles de personas migrantes en busca de asilo político en Estados Unidos, quienes han formado parte de distintas listas de espera para poder cruzar la frontera.

Durante las administraciones del republicano Donald Trump y del demócrata Joe Biden, los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum Pardo han permitido que personas de diversas partes del mundo permanezcan en el país como parte de “la lista” para cruzar los puertos fronterizos, el programa Permanecer en México de los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP), los llamados “MPP 2.0” o “RMX 2.0”, el Título 42 y la aplicación digital CBP One.

En cada momento de crisis o cuando el flujo es alto, cuando no tienen capacidad para responder los dos gobiernos, como que éstas (“listas”) son como salidas para poder contener o para poder cambiar un poco y parar, para parar este desborde de tanta gente que entra allá… lo preocupante es que el pobre migrante siempre es la moneda de cambio, siempre es el que es usado para las políticas”, señaló Cristina Coronado, coordinadora del Ministerio para Migrantes de la Sociedad Misionera de San Columbano.

Aunque Juárez ha sido reconocida por lograr una migración más ordenada en comparación con otras fronteras del país, gracias en gran parte a la sociedad civil que desde el principio levantó la mano para abrir espacios humanitarios para apoyar a las miles de personas que han arribado, la violencia es uno de los principales riesgos para quienes tienen que esperar en la ciudad, lamentó.

Durante su campaña a la Presidencia de Estados Unidos, Trump amenazó con realizar deportaciones masivas y reforzar la seguridad en la frontera con México, además de terminar desde el primer día de su administración con el funcionamiento de la aplicación CBP One como una medida legal para cruzar la frontera y comenzar un proceso migratorio en su país, pero activistas y migrantes creen que creará otro programa similar.

“Van a poner otro programa, me imagino, o no, no sé si lo cambie; le cambian el nombre pero en el fin sigue siendo el mismo: espérate en México. Y siempre los migrantes salen perdiendo, son como el balón que están jugando, el más antiinmigrante gana. Los demócratas han deportado más gente que Trump, no tiene que ver el color del partido, yo creo que más bien es un sistema de mucha hipocresía, porque a los migrantes los necesitan, es evidente, son millones los que hacen que ese país siga funcionando”, dijo Coronado.

La también coordinadora del comedor para migrantes ubicado en las oficinas de la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe denunció que “no hay un respeto a la política internacional de asilo ni tampoco del refugio, porque la gente tiene que esperar este tipo de programas que los pone aquí muy vulnerables cuando se supone que vienen pidiendo protección. Entonces, CBP One o no CBP One, para la gente sigue siendo un riesgo esperar aquí”.

El inicio de las listas

Mientras la primera caravana integrada por mil 600 centroamericanos arribaba al municipio de Arriaga, Chiapas, con el lema “No nos vamos porque queremos: nos expulsa la violencia y la pobreza”, el 25 de octubre de 2018 un grupo de 12 migrantes de Rusia, Cuba, Honduras y El Salvador encabezaron en el puente internacional Paso del Norte-Santa Fe el éxodo hacia Estados Unidos a través de Ciudad Juárez.

Quince días antes, el 10 de octubre había nacido el Consejo Estatal de Protección y Atención a Migrantes (Coespam), pero entonces lo que se preveía era la llegada de mexicanos repatriados por el gobierno de Trump.

Los oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos le permitían el ingreso diario a un número reducido de personas, pero la llegada de migrantes continuó para acampar en el área peatonal del puente, sin respetar el turno de quienes tenían días durmiendo a la intemperie.

Un día los agentes de CBP le pidieron a una familia de El Paso que apoyaba a los migrantes que los organizara porque ese día iban a dejar pasar a 25 personas, por lo que el padre de familia comenzó a enlistarlos marcándoles un número en la mano con marcadores rojo y negro.

Durante días la Cruz Roja siguió la logística, hasta que las bajas temperaturas obligaron a las autoridades a retirarlos del puente internacional y la Casa del Migrante acogió alrededor de 400 personas, tras un acuerdo con CBP para que continuara el acceso de migrantes a través de una lista.

En el albergue católico se les daba un papelito con su número, pero muchas personas preferían pintárselo en la mano, por lo que se les comenzó a colocar pulseras con su número de espera.

“Fue muy difícil el momento cuando las organizaciones nos acusaron de nazistas por los números en los migrantes, hubo gente que nos dijo hasta de qué nos íbamos a morir”, lamentó el entonces director de la Casa del Migrante, Francisco Javier Calvillo. “Criticaban, pero esas organizaciones no vinieron a curarlos, a darles de comer, a lavarles los pies, a buscar apoyos para ellos”.

Después de cinco meses y de un total de 10 mil 211 migrantes enlistados en busca de asilo político en Estados Unidos, sin apoyo del Gobierno estatal, el 25 marzo de 2019 la Casa del Migrante le entregó el cargo del manejo de la crisis migratoria en la ciudad, y la lista de personas en espera para ser llamadas por CBP al Consejo Estatal de Población y Atención a Migrantes (Coespo).

La CBP recibía hasta 70 personas al día, la llegada de migrantes aumentó a 100, luego a 120, después hasta 200 diarios y en sólo tres días de abril arribaron 800 cubanos, para quienes ya no había espacio en los albergues de la ciudad, pese a que la cantidad de espacios humanitarios ya había incrementado de dos a más de 16.

‘Quédate en México’

Tras amenazar a México con imponer aranceles a las mercancías que ingresan a su país si no reducía el flujo migratorio, en enero de 2019 el gobierno de Trump comenzó en Tijuana y en Mexicali el programa llamado “Permanecer en México” de los MPP establecidos en la sección 235(b)(2)(c) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad de Estados Unidos, el cual consistía en retornar a México a las personas con una cita ante una Corte de Inmigración en Estados Unidos.

En marzo de 2019 el programa se amplió a Ciudad Juárez, tras un acuerdo con el Gobierno mexicano de devolver diariamente hasta a 100 personas de Guatemala, Honduras y El Salvador.

Semanas después la cifra aumentó a un máximo de 300 personas diarias ya no sólo centroamericanas, sino de todos los países hispanoparlantes, mientras que en enero 2020 fueron retornados los primeros brasileños a Juárez, pese a que su lengua materna era el portugués.

“No nos quieren en Estados Unidos”, lamentaron Adimar y María Aparecida, los primeros brasileños retornados oficialmente de Estados Unidos a México bajo los MPP.

“Remain In Mexico (Permanecer en México) es una política peligrosa y a veces mortal. Ampliar este programa a los solicitantes de asilo brasileños será devastador, ya que estas familias no hablan español y serán aún más vulnerables en México”, señaló la organización Hispanic Caucus.

De enero de 2019 a enero de 2021 el gobierno de Trump retornó a 71 mil 036 solicitantes de asilo a través del programa también llamado “Quédate en México”, 22 mil 967 con un caso abierto en la Corte de Inmigración de El Paso, Texas, quienes tuvieron que permanecer hasta más de dos años en esta frontera antes de que se les permitiera quedarse en Estados Unidos.

En enero de 2021 el presidente Joe Biden se convirtió en el nuevo presidente de Estados Unidos y terminó con el programa de retorno.

A raíz de una orden ejecutiva emitida por Biden, del 19 de febrero al 24 de agosto Estados Unidos permitió el ingreso de 13 mil 256 personas bajo MPP, 5 mil 747 de ellas a través de la frontera Juárez-El Paso, en coordinación con la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), la Organización Internacional para las Migraciones de Naciones Unidas (OIM) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Las excepciones al Título 42

El 21 de marzo de 2020 Trump determinó que debido al Covid-19 en México y Canadá existía un “grave peligro” de que se introdujera más virus a Estados Unidos, por lo que prohibió la introducción total o parcial de personas o bienes provenientes de ambos países.

Bajo esta orden, del 21 de marzo de 2020 al 11 de mayo de 2023 las autoridades prohibieron la entrada a los solicitantes de asilo y quienes ingresaban de manera irregular eran expulsados de manera acelerada.

Las expulsiones bajo el Título 42 no se basaban en el estado migratorio, por lo que después de tomar sus huellas, tomarles fotografías y registrar su ingreso ilegal, todos los migrantes eran devueltos a México en unas horas, a veces en menos de media hora, pero la ley permitía “excepciones al Título 42”, las cuales consistieron nuevamente en “listas” de espera dentro y fuera de los albergues de la ciudad.

El 20 de mayo de 2022, después de ser retornado bajo el programa “Permanecer en México” y esperar tres años en un albergue, Manuel Pinto logró finalmente cruzar la frontera bajo un excepción del Título 42.

“Estar aquí es algo bien hermoso, fue muy difícil, en algún momento pensamos que ya no había salida, pero para Dios no hay nada imposible”, narró ese día el centroamericano de 38 años antes de cruzar a El Paso,para reunirse en Miami con su hijo.

Pinto, de acuerdo con los seguimientos de El Diario, ha sido el migrante que más tiempo ha permanecido albergado en la ciudad. Él llegó en 2019 con su hijo adolescente, pero ante el temor de ser deportado a su país, como ocurría con muchos de sus paisanos, decidió faltar a su última audiencia ante la Corte de Inmigración de El Paso y su hijo se entregó en el puente a los agentes de CBP como “menor no acompañado”.

En 2021, cuando el gobierno de Biden y Acnur permitieron el ingreso a los MPP, a él le dijeron que no había sido aceptado.

“Lo más difícil es ver que otros se han ido y yo no. Todos merecemos una oportunidad y ¿por qué en este caso a mí y a muchos que están igual que yo no nos dieron la oportunidad?, y siendo personas buenas, responsables, personas que no vamos a hacerle daño en su país, sino que vamos a trabajar y a querer lo mejor para nuestras familias”, reclamó.

El ‘MPP 2.0’… de Biden

Solos, asustados, sin dinero e increíblemente vulnerables, así describieron activistas de la organización estadounidense Human Rights First a los solicitantes de asilo que Estados Unidos ha retornado a Ciudad Juárez durante la segunda versión del programa “Permanecer en México”, de los MPP, una política que calificaron como “un desastre humanitario”.

Tras la orden de una Corte federal de Apelaciones a la administración de Joe Biden, el llamado “MPP 2.0” o “RMX 2.0” comenzó el 8 de diciembre de 2021, a través de la frontera entre El Paso y Ciudad Juárez, en acuerdo con el Gobierno mexicano.

El retorno comenzó con 30 personas diarias, quienes eran recibidas por personal del Instituto Nacional de Migración en la joroba del puente Stanton-Lerdo, el cual les otorgaba un permiso para permanecer en México hasta su próxima cita en la Corte, por lo que al regresar se les tendría que renovar.

Esta segunda versión de los protocolos establecidos en la sección 235(b)(2)(c) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad de Estados Unidos aplicó para las distintas nacionalidades, excepto para los mexicanos.

“La OIM ha criticado públicamente esa política por considerarla inhumana y contraria al derecho internacional, ya que pone en peligro a las personas en contextos de movilidad. Desde principios de 2019, la OIM ha proporcionado asistencia humanitaria a quienes están en la frontera y seguiremos haciéndolo, incluidas las personas sujetas al programa MPP”, informó entonces la agencia internacional.

Los migrantes aseguraron a Human Rights First que se les negó la posibilidad de realizar cualquier llamada telefónica mientras estaban detenidos, por lo que no podían informar a sus familias en dónde estaban. Varios repatriados dijeron que, mientras estaban detenidos, los agentes de CBP les aseguraron que habían llamado a sus familias para informarles de su paradero. Sin embargo, cuando fueron devueltos a México y finalmente pudieron acceder y utilizar sus teléfonos, descubrieron que sus familias no habían sido contactadas por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.

El programa “fue un desastre humanitario bajo la administración Trump, y sigue siendo un desastre humanitario ahora. La implementación y expansión de esta política por parte de la administración Biden ya está poniendo en peligro la vida de los solicitantes de asilo vulnerables y causando un trauma incalculable a quienes la padecen. No existe una forma segura o humana de implementar este programa profundamente cruel e injusto. La administración Biden debe ponerle fin y reiniciar el asilo, ahora”, destacó Human Rights First.

La aplicación CBP One

CBP One es una aplicación móvil que funciona como un portal para el registro de personas migrantes que buscan ingresar de manera legal a Estados Unidos y comenzar un trámite migratorio, la cual otorga una cita a través de un puerto fronterizo elegido por el solicitante.

Cuando comenzó su funcionamiento, en enero de 2023, Estados Unidos otorgaba diariamente 700 citas pero desde julio de ese mismo año la cifra aumentó a mil 450 y de acuerdo con CBP, las principales nacionalidades procesadas con citas a través de CBP One han sido la venezolana, cubana, mexicana y haitiana.

Con más de 852 mil citas otorgadas para ingresar a Estados Unidos entre enero de 2023 y octubre de 2024, la aplicación digital CBP One fue la principal política migratoria de la administración del presidente Biden.

Mientras que durante el año fiscal 2024 los cruces irregulares a través del Sector El Paso disminuyeron 40.1 por ciento al bajar de 427 mil 471 a 256 mil 102 encuentros de migrantes en la frontera, los procesamientos realizados por los oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza asignados a la Oficina de Operaciones de Campo de El Paso incrementaron 67.06 por ciento al pasar de 54 mil 617 personas en el año fiscal 2024 a 91 mil 241 en el 2024.

“Que nos dé la oportunidad de pasar legal, que tenga un poquito más de conciencia y respeto. Es mejor si deja CBP One, entramos legal todos”, pidió a Trump el venezolano Tito Ramos de 43 años, quien desde tres meses se encuentra en la lista digital de CBP One, en espera de una fecha para poder cruzar la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso.

De acuerdo con estimaciones de Coespo, actualmente permanecen alrededor de mil migrantes albergados en Juárez, mientras que Coronado estima que unas 3 mil más esperan su ingreso a Estados Unidos en sitios de renta.

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